La dama de la noche - Capítulo 1-

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En medio de las tinieblas todo apareció de nuevo, y frente a mis ojos una reluciente rosa de un negro muy oscuro. Mi mano la palpó con suavidad, comenzando por los pétalos. Al llegar al tallo, de esta brotó un hilillo de sangre, que manchó mis finos y delicados dedos. Entonces, volvió la oscuridad.


Desperté sobresaltada. Escruté la habitación en busca de orientación, y descubrí a mi derecha un bulto que respiraba serenamente, sumida en un profundo sueño, ya que al encender la luz ni siquiera se dio la vuelta. Era Daphne, mi compañera de habitación durante los tres años que llevaba viviendo en el internado.  Miré la hora en el móvil. Las 2:28 de la madrugada. Volví a apagar la luz y a dormirme, esta vez sin pesadillas.

A la mañana siguiente, fue Daphne quien me despertó a base de agudos chillidos que martillearon mi cabeza con fuerza. Abrí los ojos a duras penas, intentando comprender las palabras que salían apresuradamente de su boca. Me quité las legañas que no me dejaban ver bien la cara de mi compañera, y me incorporé torpemente. Tardaba bastante en reaccionar, por lo que se abalanzó sobre mí y me obligó a levantarme. Me metió en la ducha aún con el pijama encima y me gritó:
- ¡¡Despierta, Erika!!
Me sacó de nuevo de la ducha ante mi mirada atónita. Cruzó los brazos delante del pecho y comenzó a echarme el sermón de cada mañana:
- ¿Crees que esta es forma de despertar a una líder?A mí tampoco me parece buena idea, pero como sigas así, un día tendré que tirarte por el blacón para que despiertes...-tras esto, bufó, llevándose los pelos que se habían quedado delante de su cara y salió apresuradamente del baño.
"¿Cómo he podido aguantarla tres años seguidos?" fue lo único que pude pensar.

Veinte minutos después, ya había conseguido terminar de arreglarme y despejarme por completo, por lo que salí al pasillo, donde Daphne y otras tres chicas más esperaban impacientes. Cerré la puerta con cuidado de no dar portazo, sin embargo, Cary se adelantó a mi movimiento y la cerró con toda su fuerza. El eco rebotó por las paredes del internado, haciendo que varias chicas salieran asustadas de sus respectivas habitaciones. Ante esta imagen, rieron con fuerza. Eran realmente insoportables, pero no podía hacer nada para evitarlo. eran tontas de naturaleza... Cinco minutos después, nos sentamos en nuestra mesa de siempre para desayunar. Los demás alumnos se sentaban en las mesas de alrededor según su popularidad. Nosotras, claro está, al ser las más populares nos sentábamos en medio. Cosa que me encantaba, aunque odiase a las chicas que se sentaban conmigo. Daphne era la "popular" del grupo, o como decía ella, la "Líder con L mayúscula". Era realmente era una pesadilla, pero me había tocado siempre en mi misma habitación. A su lado, Cary, la siguiente importante del grupo, con sus largos rizos castaños que movía a cada paso que daba. Otra insoportable. A su izquierda, Nan, la "guapísima" del grupo. Era justo lo contrario que Cary. Tenían un magnífico cabello rubio, lisísimo que siempre se le quedaba en el hombro. La última del grupo era Sasha, una chica un poco rara. Siempre estaba callada, reía las gracias de sus compañeras y miraba algo raro. Todas ellas con sus padres ricos y su ropa de marca. Yo era la única que desentonaba. Era rubia con ojos verdes, en eso no desentonaba, y muy inteligente. Tenía asignaturas favoritas-ellas odiaban TODAS- me encantaba escribir sentada en la cama... Ellas era "perfectas", yo no.

2 comentarios:

Ikana dijo...

Quizá sea al revés. Tú eres la perfecta, ellas no. A mi la gente "popular" nunca me ha gustado, que quieres que te diga ^^

Ella dijo...

Tienes razón, Ikana.
Pero se siente así porque es diferente a ellas; no es el prototipo de chica popular que la mayotía de la gente desea ver...

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