Las sombras de la oscuridad -Capítulo 8-

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Atravesó el pasillo con aire despreocupado, a pesar de que nadie la espiaba ni pensaba seguirla allá donde iba. Desvió la mirada varios metros hacia la izquierda, y lo que sus ojos destinguieron en la oscuridad la hicieron sonreír. Una puerta metálica que debía de dar al canal, para aparecer después en alguna alcantarilla. Estaba segura de que Sam conocía aquel camino, y que la habría utilizado más de una vez para no ser visto. El simple roce de sus manos con la superficie metálica hizo que algún mecanismo se activara y abriera la puerta con un simple "click". Miró dentro del claustrofóbico agujero -pues no se le podía llamar de otra forma, dadas sus reducidas medidas- y maldijo el momento de regresar a aquel antro bajo tierra. No supo exactamente como, pero unos segundos después, apareció al otro lado, donde las aguas arrastraban todo tipo de objetos.

No tuvo tiempo de pensar, pues a lo lejos vio una silueta que caminaba silenciosa. Su vista de vampira, desarrollada tras años de experiencia le hizo saber que aquel era Sam. Cuando a penas había llegado donde aquella sombra había estado, descubrió con asombro como se bifurcaba el canal. Allí, de nuevo, perdió su pista. Se introdujo silenciosa por el derecho. Al rato comprendió que ya no podía seguir más, puesto que aquella elección había sido la errónea. Volvió atrás, sobre sus pasos, pero se perdió entre las cloacas que se rompían una y otra vez en más y más túneles sin salida. Apretó los dientes con fuerza, y continuó cruzando los túneles, eligiéndolos al azar, cuando un pestilente olor la obligó a recular varios pasos atrás. Frente a ella, en el suelo, había un cuerpo, putrefacto, en vías de descomposición, al que al parecer-por las marcas amoratadas de su cuello-habían ahorcado. Un poco más allá, vió otro, esta vez su sangre estaba derramada, y un hilillo corría por las aguas turbias de las cloacas. Sus sentidos, al oler la sangre de aquellos cuerpos, se activaron al máximo, averiguando así, por casualidad, el lugar por el que Sam había escapado.


La oyó prederse entre los pasadizos de las cloacas, mientras él desaparecía de su vista. Descendió varios metros, que le parecieron kilómetros, pues el silencio que allí reinaba era de todo menos agradable. Así, al rato salió de allí, para adentrarse en las tinieblas de la noche, en busca de Helena. Pero cuando regresó a la pequeña habitación ella no estaba allí. Corrió colina abajo, buscando entre los árboles, pero seguía sin aparecer
- ¡Mierda!-dijo en alto, ignorando el hecho de alguien le pudiese oír. <> cerró los ojos lo más fuerte que pudo, y al hacerlo oyó el crujido de las hojas cerca de allí. "Voló" en silencio a través de la oscuridad, que para él no fue impedimento para encontrarla, acurrucada entre dos arbustos un poco más grandes que ella. En un acto reflejo, Selma colocó sus manos en posición de defensa, como para protegerse de algo. Una sonrisa de alivio apareció en sus finos labios. Al no notar nada sobre se ella, quitó las manos de su rostro y le miró fijamente.
- Pensé...pensé que tú eras...-suspiró aliviada, aunque aún no estaba segura de que fuera la forma más indicada de actuar ante un vampiro. Él le tendió la mano, esperando que acogiese el gesto, pero Selma se levantó sola, ignorándole.
- ¿Quién creías que era? -su cara comenzó a perder el color, y frunció el ceño, buscando la respuesta. Pero no pudo concentrarse mucho más tiempo, notaba como su autocontrol se iba agotando con cada latido de aquella chica.
- Alé...jate...-sus palabras eran entrecortadas, y Selma no comprendió a que se refería.
De pronto sus ojos comenzaron a clarear. Cerró los puños en un intento de controlar su sed. Ella lo notó y se apartó poco a poco, mirando de vez en cuando atrás. Para su sorpresa, Sam no desapareció, sino que se agachó frente a ella e intentó contenerse allí mismo. Pero no pudo hacerlo. Sus ojos cobraron una intensidad imposible. Los colmillos se alargaron, sobresaliendo de su boca. Selma se asustó, y gritó, pero no le dio tiempo a comenzar a correr, cuando sobre ella todo se tornó negro.

3 comentarios:

Ikana dijo...

O.o Vaya, eso es lo malo de tener a un vampiro como amigo xD

Nimphadora dijo...

:O El suspense me mata

Feliz navidad!

Ella dijo...

Estoy de acuerdo, Ikana...^

Eso me complace, Nim^^

Feliz Navidad a las dos!

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