Ella, él - Capítulo 1 -

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Lissa sabía que tarde o temprano debía decirselo, puesto que pronto sería demasiado evidente para esconderlo. Pero tenía miedo, miedo de lo que pudiese ocurrir, y sin embargo miedo de lo que no podría ser. Debía ser cautelosa a la hora de elegir las palabras adecuadas, pues sabía que un movimiento en falso desencadenaría un acción peligrosa, pero debía afrontar los echos tal cual. Era evidente que él tenía parte de la culpa. Debía decirselo cuando estuviera de buen humor, sino, las cosas podrían acabar en desastre. Y así lo hizo.
Cuando su marido llegó de una larga jornada labrando las tierras que les rodeaban, estaba más contento que nunca. Aprovechó aquella algría para decirle eso que tanto la preocupaba. Antes de aquello, le rogó de rodillas que por favor no se enfureciera. Pero nunca debió hacer eso, el temor se abalanzó sobre ella como un lobo a la caza de su presa.
Le miró a los ojos, intentano serenarse y soltó la bomba:
- Larry, hay algo que debes saber...-sus palabras fueron ahogadas, como si no quisiera que salieran de su boca- Yo...
Él la miró, esperando una explicación:
- Estoy embarazada, cariño- salieron rápidas, al instante.
La cara del hombre comenzó a tornarse de un color algo rojizo. Se acercó a Lissa, amenazante y le habló despacio, tanto que asustó a la pobre mujer:
- Eso se acabó.-le espetó a la cara- Acabaré contigo y con ese asqueroso engendro, ¿entiendes?
Su voz subió el tono poco a poco, mientras ella se encogía cada vez que él adelantaba su cabeza hacia la suya.
- Te lo advertí en su momento. No quiero niños... ¡Odio a los malditos seres asquerosos esos! ¡Y aún así has tenido el valor de salirte con la tuya!
La agarró por el cuello de la camisa blanca, acercándola a su cara. Comenzó a aprisionarla el cuello, por lo que escaseó el oxígeno y su cara se amorató. De pronto un ladrido irrumpió en la sala, seguidamente, el ladrido del perro de la pareja mordiendo a Larry, quien a su vez soltaba a Lissa. Ella respiró, angustiada. La cabeza le daba vueltas, pero debía escapar de allí antes de que aquel hombre enfurecido por la situación la matase. Tosió, puesto que el aire tardaba en pasar por su nariz y boca, y apoyándose en todo lo que encontraba a su paso, salió de la casa. Seguida de ella, el hombre que intentaba matarla, pero esta vez en sus manos tenía una pistola de caza, con la que a veces mataba algunas piezas para alimentarse. Pero en quellos momentos no era esa su intención. Apuntó hacia su cuerpo, que corriendo lo más que podía, intentaba escapar de aquel psicópata. Apretó el gatillo, dispuesto a terminar con su vida, y la bala acertó en la espalda de la víctma, atravesándola el pecho. Cayó al fango cubierta de sangre. Antes de espirar su último aliento, pronunció aquellas palabras que pronto le harían saborear la venganza:
- Volveré a por tí, maldito bastardo...
Él miró cómo el cuerpo de su mujer caía con suavidad, rodeada de manchas de sangre. Sus manos comenzaron a temblar, dejando que el fusil cayera también al suelo con un golpe seco.
"Pero.. ¿qué es lo que he hecho? se lamentó mirandola fijamente. "Levántate, por favor, levántate y perdoname" Pero ella siguió tendida en el suelo, muerta a manos de aquel hombre que la había echo feliz. Aquel hombre que no supo conservarla y que dejó que las minucias se apoderaran de su furia, para dejar su cordura bajo tierra.

4 comentarios:

Ella dijo...

Lo siento, pero con el tema de las clases voy a disminuir mi ritmo de escritura... xDD
Así que probablemente solo pueda escribir los findes de semana! Lo siento..

Ikana dijo...

Así te caiga un rayo, maldito!!!

No te preocupes por ello, y cesa de disculparte, ahora todos empezamos a currar de nuevo xD

Besos gélidos

Alien de Andromeda dijo...

Menudo animal!! :S K culpa tendrá ella de haberse quedado encinta? en todo caso, la culpa más bien sería de él Ojala le parta un rayo ¬¬

La paciencia es una virtud! xD

Ella dijo...

Bueno, pues gracias por vuestra paciencia..
Es lo que tiene no vivir en vacaciones todo el año xDD

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