Las sombras de la oscuridad -Capítulo 1-

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Respiró agitadamente. Había corrido a través de las calles vacías -era demasiado pronto- hasta llegar a aquella estatua, frente a la Biblioteca. Se atusó el jersey y se sacudió los pantalones, nerviosa. En un acto reflejo se dio la vuelta de golpe, pero comprobó que allí no había nadie. Entró despacio, intentando disimular que le faltaba aire, hasta llegar a la sección de Física. Recorrió la estantería en busca de algo interesante, que le pudiese ayudar en el exámen. Pero estaba tan nerviosa que no pudo concentrarse. En sus manos estaban aquellos documentos. Y no podía evitar mirarlos de reojo.

Se sentó en una mesa, con un libro escogido al azar, y aquellas carpetas que se había llevado de la casa de su amiga, ahora muerta. Estaba segura de que habían sido aquellos repugnantes seres, que cada noche rondaban los barrios pobres de la ciudad, buscando algo que llevarse a la boca. Pero al parecer se habían cansado de aquella sangre. Fijó la vista en el primer folio de una de las carpetas.
"Proyecto sacrificio" rezaba el título, en letras grandes. Bajo aquel titular, en letras algo más pequeñas se explicaba todo lo relacionado con esto. Respiró hondo. Fue pasando las páginas ansiosa, pero se tranquilizó al saber que estaban todas y cada una. Al cabo de una hora, dejó el libro en su sitio, y salió a la calle.


- ¡Maldita sea, Larry!- dio un puñetazo sobre la mesa.- Ella tenía aquellos manuscritos en su casa... ¡Y no se te ocurre otra cosa que matarla!
Apartó un bote de un manotazo, haciéndolo caer al suelo. Larry dio un respingo, pero no se agachó a cogerlo.
- Yo... Sag, yo... No sabía...- su voz sonaba atemorizada, pero Sag le miraba con fiereza, sin pararse a sopesar si quiera sus palabras.
Se levantó agilmente, y con porte magistral se acercó a él.
- Dime ahora que no has sido tú; te cortaré en pedazos y te echaré al fuego. Abrasador...- salió de la habitación dejando que aquella palabra volara en la mente de Larry, martirizándole. Se dejó caer sobre la silla de cuero. Habría llorado, pero era imposible que cayera una sola lágrima por sus mejillas.
Sus ojos marrones se oscurecieron hasta ser de un color negro azabache. Su pálido rostro no hacía más que desfigurarse al imaginarse echo pedazos, sobre un fuego ardiente. Se levantó de golpe e intentó calmarse. Volvió a su habitación lo más despacio que pudo, esperando que Sam no hubiese llegado ya.
Cuando abrió la puerta, vio que su compañero ya estaba allí. Pero para su sorpresa no pronunció palabra.
Cerró la puerta detrás suyo y se tumbó sobre aquel incómodo colchón, que la mayor parte de las veces hacía de sillón improvisado. A su lado había varios bocetos a lápiz. En uno aparecía un niño, de carnosos carrillos, algo robusto y con un brillo especial en sus ojos. Debajo, una mujer esbelta, de larga cabellera y prominentes pechos parecía querer decir algo. Sus dibujos, como siempre, eran extraordinarios. Sonrió lo más que pudo cuando notó que Sam le clavaba la vista, en busca de su aprobación. Los retiró de la cama y los guardó en un cajón, lleno de dibujos como aquellos.
- ¿Cómo es que habéis llegado tan tarde?- continuó dibujando, concentrado en unas líneas que parecíans ser los labios de un hombre.- Ya hace rato que ha amanecido.
- Lo sé- asintió Larry con la cabeza.- Volvimos algo más tarde de media noche, cuando aún no habías vuelto. Sag me llamó para que fuera a su despacho.
Al oír aquello, dejó el lápiz junto al folio y le miró interrogante:
- ¿Qué ha pasado ahora? ¿Te has vuelto a meter en líos?
Volvió a asentir.
- Pero esta vez son graves... -le contestó- Maté a la portadora de los documentos, y estos han desaparecido. Pero creo que aún ignora la última parte... Sino, ya habría acabado conmigo.
Lo vi escrito en su mirada. Pronto no nos volveríamos a ver.


Selma llamó al timbre. Varios segundos después apareció su madre aún en pijama. Miró la hora en su reloj. Las 12:34 de la mañana. Entró despacio, tanteando cada paso que daba. Miró a su madre de reojo. Ella ya se había fijado en aquellas tres carpetas, pero no hizo preguntas incómodas, sino que la dejó en paz. Subió las escaleras veloz, pensando el lugar ideal para esconder lo que portaba en sus manos. Dibujó un amplio círculo con la vista en su propia habitación, pero luego rechazó la idea con un leve movimiento de cabeza. Era demasiado corriente. Sería el primer lugar en el que buscarían. Fue entonces a la habitación de su madre. Pero aquello también era una mala idea. No quería causarle problemas. Miró a través del gran ventanal de su habitación. No podría esconderlo cerca de ella, pero tampoco lejos -sino quería perderlos por casualidad- así que la cosa estaba difícil. Entonces algo cruzó su mente. "Cuanto más a la vista, menos lo verán". Hizo hueco entre varios libros en su estantería. Cogió un gran trozo de papel y escribió "Literatura" sobre él. Lo pegó encima de su nombre, con mucho tiento, intentando que no se viera el boli negro que había escrito en la carpeta. En la otra colocó un papelito con un "Álgebra" de color azul. La última, llevaba un papelito con la palabra "Física". Satisfecha, fue a darse una ducha de agua caliente.


Subió al tejado, despacio y con delicadeza, sin hacer el menor ruido. Sus pies volaban sobre la oscuridad de la noche, como un pajarito sobre las copas de los árboles. Se sentó apoyando la espalda contra la chimenea que sobresalía de la casa sobre la que estaba, y contempló perplejo la gran luna, que se abría paso entre las nubes del cielo. Sag le había encomendado un "trabajillo", y desde luego, no le hacía la menor gracia. Pero debía acatar sus órdenes si no quería probar su furia. Varios chicos más habían muerto en el último mes, presas de sus mortíferas manos.
Un gato pasó a su lado. No le dio tiempo a reaccionar, cuando ya estaba muerto, seco de sangre. Sam se lamió los labios, complacido, a pesar de que apenas había sido un amargo trago. Pero era lo suficiente como para contenerse varias horas más, hasta acabar con su trabajo.

3 comentarios:

Ikana dijo...

Hummm... Un poco siniestro y me encanta! :D

Nimphadora dijo...

Pobre gatito! :S

Megatron dijo...

Presiento un choque frontal entre Selma y los vampiros

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