Las sombras de la oscuridad -Capítulo 2-

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"Menudo sábado" pensó, rememorando lo ocurrido. Una lágrima rodó por su mejilla, y se coló en su boca. Se obligó a pensar en algo que no tuviera relación con su amiga, pero todo le recordaba a ella. "Idiota" se dijo a sí misma, en silencio. Desde allí, podía ver la luna. Una gran luna blanca. Fijó la vista en las carpetas de la estantería. No quería que le atacasen también a ella. Tenía miedo, y debía admitirlo. Le hubiese gustado meterse en la cama de su madre, para que la protegiera, como aquella vez, cuando su padre no volvió. Se consolaron mutuamente, acordando dejar de llorar, ambas. Y allí estaba ella, derramando lágrimas como para dar de beber a un regimiento. Se rió de su propia ocurrencia, y al poco cerró los ojos para dormirse en apenas unos minutos.


Las pulsaciones eran cada vez menores. Rítmicos latidos acompasados, que sonaban como una melodía en sus oídos. Pero se contuvo de entrar y beber cada gota de aquel manjar. Descendió con pasimonia hasta el alféizar de su ventana. Su mirada se posó sobre aquel cuerpo inmóvil que descansaba entre sábanas de algodón. Su cabello negro resaltaba en la almohada blanca y a la luz de la luna, tenía un brillo sorprendente. No se le escapó ni un solo detalle de aquella pequeña habitación. La cama, dispuesta frente a una estantería repleta de libros. Las zapatillas, sobre la alfombra negra, que adornaba el suelo del cubículo. Un armario, a la derecha de la chica. Y a su izquierda, bajo la ventana, un pequeño escritorio. Algunos cuadernos y varios libros descansaban sobre aquel trozo de madera. Le extrañó que no hubiese bajado la persiana de su haitación, puesto que se exponía a un peligro mayor si la dejaba subida. "Que simples son los humanos" pensó sonriente. Tras esto, descendió hasta la planta inferior, bajando por el canalón. Ni siquiera se escondió para evitar que le vieran. Y nadie le vio. En el interior, todo estaba tranquilo. Recorrió las habitaciones y salitas con la mirada, esperando encontrar los documentos que debía llevar a Sag, pero allí no había nada.
Volvió al piso superior, trepando por un árbol, y saltando después a la primera ventana.

Se despertó de pronto, al oír un gorpe sordo en su ventana. Su carozón latía acelarado. Se temía lo peor. Pero allí no había nadie, lo que le hizo encogerse de miedo. Sin embargo, se armó de valor suficiente como para destaparse -todo un logro, ya que el miedo la tenía paralizada- y acercarse a la ventana. Sus pies descalzos se resintieron al contacto con el frío suelo. Pero unos goterones de sudor recorrían su rostro sin piedad. El pelo se le pegaba a la cara, pero ni siquiera se atrevió a quitarse el pelo de los ojos, por miedo a que ocurriese algo. Sus ojos se achicaron para vislumbrar algo en la oscura noche. Sabía lo que aquellos seres podían hacer, pero no podía hacer nada por evitarlo. En los cuentos solían decir que repelían los ajos y el agua bendita, pero ninguna de esas cosas les hacían daño. Posiblemente la plata sí. Se tocó el collar que llevaba colgando en el pecho, un regalo de su padre, antes de irse para siempre. Y sí, por suerte era de plata. Las ramas de los árboles se movían con brusquedad, de un lado a otro, zarandeadas por la fría brisa que azotaba el exterior. No fue capaz de asomarse, por miedo a ser atacada; así que tras estar un buen rato delante de la ventana, esperando acontecimientos, se decidió a volver a la cama, sin perder un solo momento de vista el cristal que le separaba del exterior.
Se asomó de nuevo a la ventana, sin que ella le viera. Se había asombrado por el color de sus ojos; era preciosa. Bajó al suelo sin el menor ruido, y caminó despacio, hasta llegar al barrio pobre. Allí, se alimentó de aquellos pobres humanos, a quien nadie echaría en falta. Volvería, y acabaría con el trabajo.



14 comentarios:

Ikana dijo...

Mosquis, la cosa se pone cada vez mejor. ¿porqué no habrá acabado el trabajo estando ya allí? O.o

Besos gélidos

Alien de Andromeda dijo...

Demonios!El suspense me está matando :D

Nimphadora dijo...

Estos vampiros me dan miedo :S No me gustaría cruzrame en su camino. Espero que Selma no acabe en la morge

Trinity dijo...

de veras volveras,vampirín? O.o

Ella dijo...

Pronto lo sabreis! :D

Ikana dijo...

Lady Ella,tengo unas preguntas que... en fin.

¿Cómo se pronuncia tu nombre? ¿Es /Ela/ o /Eya/? ¿Te gustan las historias de amor? Eso es todo
:D

Besos gélidos

Alba dijo...

He visto que me habías comentado pero lo has borrado -.- tú también escribes:)?
un besito leere la historia:)
por cierto te sigo.

Ella dijo...

Pues me gusta más "Ela" aunque he de reconocer que al principio lo puso pensando en que sería "Eya", como de una desconocida [no se si me entiendes :S] Pero me he descubierto que tambien es un nombre y me ha gustado más^^
Y respecto a la otra pregunta, si te soy sincera, es mi punto débil^^

Si, borré el comentario -ya no recuerdo por qué- y si, como ves en este blog, escribo.
Muchas gracias, Alba, por seguirme.

Ikana dijo...

Te entiendo :D Respecto a las historias de amor, estoy preparando una -u dos- pero que aún no tiene título. ¿Quieres que te avise cuando publique el 1º capítulo? O.o

Besos gélidos

P.D.:También son mi punto débil ;D

Wilhemina dijo...

Mi debilidad por los vampiros se hace patente!A lo mejor Selma se convierte en vampiro.

Phoebe dijo...

A saber porqué serán tan importantes esos manuscritos? O.o

Megatron dijo...

Aquí hay algo más que unos simples documentos. Lo que no sabría decir es el qué

Ella dijo...

Si, Ikana, porfavoooor! jajajaja
Bueno bueno, no os adelanteis que aunn queda mucho que descubrirxD

Ikana dijo...

He empezado ya el primer capítulo hoy. Se titula Corazón de Fuego

Besos gélidos!

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